Hay gente que le canta a la vida al amor, yo, a la infertilidad. Esta mañana me estaba duchando y he oído el bramido de mi hija pidiendo el desayuno como Pedro Picapiedra y por un breve instante ha pasado por mi mente la posibilidad de que nada de esto hubiera pasado y es que llevo 4 años en una carrera de obstáculos y ahora que parece que esto comienza a convertirse en un maratón, es tiempo de que tú y yo hablemos querida… que no nos conocemos desde hace 4 años sino 7, y desapareciste de mi campo visual sin recibir tu merecido.
Querida infertilidad,
Ni por asomo 3 años de infertilidad se pueden comparar con lo que las increíblemente increíbles mujeres tuiteras de red de infértiles están pasando. Años, ciclos infinitos, círculos viciosos, es muy duro. Yo pasé de puntillas, pero nos vimos las caras ¿Veradad? Tú y yo.
No soy maternal no quería tener hijos, mi marido lo sabía y con esa premisa tiramos para adelante, tomé la píldora anovulatoria desde el principio de los tiempos e imagino que mi cuerpo no sabía ovular. No estoy diciendo que aparecieras en mi vida por la píldora, pero tengo claro que después de parir, mi cuerpo está inmerso en la película The Ovary Awakens, una salvaje aventura gráfica mensual en la que ovulación y regla aparecen dándolo todo, porque total, para lo que queda que sea un fin de fiesta memorable.
No me ha dado por probarlo, pero seguro que las putas tiras esas de test de ovulación que tanto odiaba durante la época infértil y que palidamente se teñían de azul ahora se teñirían de azul índigo como la bandera finesa. Pero antes no… antes estabas tú ahí metiéndome el dedito en el ojo.
No te puedo decir porqué cumplidos mis 33 dije: ¿Por qué no? Tengamos un retoño que estamos aburridos! Llegué a un pacto no escrito con mi marido: yo lo llevo 9 meses y tú los 18 años siguientes, mi marido aceptó. Y allí me planté tan contenta en la consulta de la ginecóloga, venga que tiramos la casa por la ventana! Que me embarazo! pero allí estabas tú, transparente, descojonada de la risa en la puerta de aquella consulta.
Con doce recetas de ácido fólico y vitaminas como para resucitar a Lázaro hice un calendario con corazones y un estudio lunar, me bajé doce aplicaciones de móvil y compré difusores de aromaterapia para cada habitación. Yo soy así, cuando me pongo me pongo. Mientras tú sacaste las palomitas preparada para ver la comedia del año pero comenzó mi película de terror.
Primer mes, nada… segundo mes… nada… tercer mes… nada…. cuarto, quinto, sexto… algo no va, empecé a sentirme como si lo estuviera haciendo a lo Milagro de P. Tinto, entre pitos y flautas (nunca mejor dicho) nos plantamos al año siguiente en la consulta de mi ginecóloga de nuevo. Ahora las pastillas eran otras.
Dos años después te hiciste un poco más densa
Cada 15 días en la consulta, íntimas ya, y otro año, un año entero, evitando las conversaciones sobre bebés, pañales y mocos durante la hora del café en el office de la oficina, cagándome en todo lo cagable cuando mis amigos comenzaban a tener hijos, empezaron a salir bebés como champiñones… De pronto de estar todos en terracitas chill out copón en mano estaban todos embarazadísimos de 8 meses… En mi cerebro ruido blanco y cada 30 días, mi amiga la menstruación.
Dos ciclos de 6 meses con un par de meses entre medias de descanso sino recuerdo mal. Y mismo resultado.
Un año duro, triste, comenzaba a asumir cosas… Nunca nada me había costado tanto, soy de esos seres afortunados a quien la vida le va hilada, y esto se resistía, un proyecto que se suponía bonito, cursi y lleno de nubecitas de unicornios me lo estabas jodiendo pero bien.
Recordarás que comenzamos a tener conversaciones tú y yo cada vez más frecuentes, sobre la posibilidad de que fueras bastante más real de lo que todos pensábamos… y comentábamos las razones… será la dieta, será el alcohol, será la reserva ovárica, serán los años de píldora… serán tan solo los años…
Y entonces llegó el día en el que te hiciste sólida y nos fuimos de la mano después de la prueba de permeabilidad de trompas, una prueba por cierto cojonuda, no sé qué parte fue mi preferida, si la del contraste o la de la lavativa previa.
Del resultado de esa prueba mi ginecóloga me dijo: Nada concluyente, infertilidad por razón desconocida… Infertilidad.
O tú o tu marido o tu útero o tus óvulos o la edad o la estadística o el cosmos…
Y nos fuimos tú y yo a una clínica de fertilidad por recomendación de mi ginecóloga, «espero volverte a ver por aquí pero ya embarazada…» me dijo aquella increíble profesional de quien guardo un excelente recuerdo y con quien al final generé un vínculo. Ocultó sus 6 meses de su segundo embarazo durante mis visitas en los ciclos con pastillas, solamente por no herirme, me enteré de aquello en una de las visitas postparto, cuando me mostró a su bebé meses mayor que las mías. Todavía se me saltan las lágrimas. Aquella maravillosa y empática mujer fue quien finalmente me asistió en el parto practicándome una cesárea de urgencia ¿Recuerdas?
La clínica de fertilidad estaba llena de mujeres como yo, cada una de la mano con su amiga y justo al otro lado, su pareja. Las caras que provocábais tú y tus amigas eran para verlas… Madres luchando ya antes de serlo.
Y nos metimos en la primera inseminación artificial.
Yo tengo miedo a dos cosas: a volar en avión y a las agujas. Ni que decir tiene que he superado ambos.
Todo el proceso es ajeno, es raro y como su propio nombre indica: artificial, los medicamentos que antes había tomado en pastillas ahora los iba a tomar en inyección, todo el mundo te repite que estás bien que no hay razones médicas para que no haya embarazo… pero tú te ríes desde tu rincón agitando la mano: si tú supieras…
La vida no se para porque estemos como estamos, de algún modo conseguías jorobarme, pero no del todo, no te dejaba, así que organizamos un viaje, para no sentirnos en cuarentena y nos fuimos a Sicilia, sabiendo que tendríamos que hacernos el test de embarazo allí… ¿Recuerdas que salió negativo? Porque yo sí me acuerdo de tu triunfal ópera italiana.
Nunca he llorado por no quedarme embarazada, tal vez porque en algún sitio tenía claro que íbamos a ser dos y un gato, pero todo empezaba a girar en torno a lo mismo.
A la vuelta de vacaciones tú, mi marido y yo, nos plantamos en la clínica de nuevo, nos convencen que el próximo intento debería de ser una fecundación in vitro, nos explican el proceso y el coste físico y financiero. Punción ovárica. El terror asoma. Necesito tiempo.
Pasan los meses y la punción ovárica me sigue aterrorizando, y la salvajada de pasta que nos piden por el proceso hace que valoremos otras opciones, cambiamos de clinica, presupuesto más razonable, personal extremadamente atento, al menos tengo ahorros que me permiten someterme a un tratamiento privado, y la opción comienza a tomar forma, la gestión de citas y las fechas para el tratamiento se demoran en el tiempo, parecen años aunque solo han pasado meses, seis.
En la nueva clínica, nuevas pruebas, nuevos médicos, nuevas citas… volvemos al inicio. La FIV es la opción recomendada, aunque hablan de muchas más, en términos biológicos, a posteriori, por si la primera FIV fallara, yo no escucho, para mi es esta y ya, cada uno conoce los límites de uno mismo y los de su pareja, y los de ambos como un todo, tú no ibas a acabar con nosotros, lo he visto en otras parejas, lo he leído en twitter, mi vida estaba virando peligrosamente hacia esa esquina y no, si te tengo que dejar ganar lo haré, sin remordimientos, sin mirar atrás.
Comenzaron los tratamientos y los desembolsos de pasta, comenzamos a cancelar viajes, los ovarios como limones no me dejaban caminar con normalidad. ¿Fueron momentos duros para ti? ¿Te mordías las uñas sabiendo que a lo mejor te llevas un chasco?.
El día de la punción, no estaba nerviosa, tengo la facultad de que cuando algo me supera me desconecto y todo me da igual, y todo salió bien, ni me entero, solo sacan 8 óvulos, cifra baja al parecer, a la peña le sacan 16, 20… A mi todo me da igual solo quiero pasar a la siguiente fase. Estoy en tu videojuego.
De los 8 solo sirven 4, de los que salen adelante 2 y los otros 2 no recomiendan congelarlos tal y como ven que van dividiéndose.
Como si el espacio se curvase, lo tenemos claro, una única vez, es esta, una sola oportunidad.
y aquella mañana me implantaron 2 de 2
Semanas después nos confirman que de los dos han salido adelante, los dos.
Lo que hay personas que consiguen en 1 mes yo he tardado 3 años. Y lo que yo he conseguido en 3 años hay personas que en 8, 10 o que siguen luchando. Por tu culpa.
Todo por tu culpa… Pero nos hemos reconciliado ¿Verdad? La decisión de retrasar la maternidad y ver de reojo a las madres en los parques fue mía ¿No? a lo mejor tú apareciste porque yo te llamé…
Yo sólo sé que tú y yo hemos terminado como amigas incompatibles que se respetan, pero de las que no quieres volver a saber más.
No sé si te volveré a ver rondar a mis hijas… alzo mi Gin & Tonic por no volverte a ver sin embargo sé que lo haré, la sociedad está cambiando y te esta aceptando… te harás fuerte, aunque las guerras se ganan batalla a batalla y yo soy muy de guerra de guerrillas…
Sin más me despido, y espero sinceramente que todavía te duela la patada en culo que aquel 5 de Febrero de 2014 te dí.
A más ver,
Pilar
Espectacular!!!! Me he quedado impresionada!!!!
MNG
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MNG
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Marta Majúa
Me ha encantado… sobretodo la parte de cagándome en todo lo cagable y la gente aún se atreve a decir qué porqué tan mal humor…. tal cual describes lo que estoy viviendo. …sólo que estoy a las puertas de la in vitro. Ojalá nosotros también tengamos un final feliz.
MNG
El camino es duro, pero somos guerreras… el que no arriesga no gana, todo mi cariño y ánimo en estos momentos, en cuanto me digas que estas embarazadísima cuenta con una mochila MNUGT, un abrazo enorme.