Se acercan las vacaciones y a menudo cuando bajamos la guardia aparecen síntomas de estrés, dolores de cabeza, ansiedad… ¿Por qué ocurre estando de vacaciones? Pero qué nervios! si estás de vacaciones!. Pues sí, pasa.
La depresión, la ansiedad, la ansiedad y la depresión, van de la mano, son periodos o enfermedades que están mal vistas socialmente y que verdaderamente no sabes lo que son hasta que tienes la mala suerte de sufrirlas.
Son enfermedades silenciosas que poca gente se atreve a admitir que sufre y que son muy solitarias.
Así que he decidido aportar mi granito de arena, se acercan mis 40 y hace casi 10 años que sufrí una pequeña depresión mezclada con ataques de ansiedad, combinación que por otro lado es bastante común.
Parece que vas a leer un post muy personal pero de alguna forma quiero contribuir a normalizar estos periodos e intentar ayudar a cualquier persona que me lea y esté pasando por ellos. Y animo a que cualquier ser humano que opine, contribuya y/o corrija.
Directo al grano
Enfrentarse a una depresión en sociedad (o en soledad)
Lo primero que escuchas de la gente es:
“No entiendo como puede estar deprimido cuando tiene todo lo que quiere”
“Pues no estés triste, mujer”
“Peor las he pasado yo cuando…”
“Yo estoy igual y no tengo tiempo para deprimirme”
Como véis todas muy empáticas.
A menudo estas frases están en boca de quienes, por querer ayudar, están cerca de una persona sumida en una depresión, y se las sueltan tal cual, como si fuese decisión tuya el cambiar de triste a contento en un “chas”.
La depresión tiene un parte fisiológica importante y otra de carácter. El cuerpo en un determinado momento por la razón que sea comienza a desregularse, las sustancias químicas que recorren nuestro cuerpo comienzan a descompensarse y eso nos pasa factura física, no nos encontramos bien, no sabemos porqué y comienza una espiral de estoy triste porque estoy nervioso y estoy nervioso porque estoy triste y además, no tengo claro porque estoy así si mi vida es casi perfecta. Desubicación total.
En mi caso concreto este círculo vicioso duró exactamente 6 meses, tiempo máximo a partir del cual los psicólogos catalogan la depresión como crónica.
Los motivos que desatan una depresión son distintos en cada persona pero todos tienen la misma raíz, el miedo.
¿Como sabes que estás atravesando un depresión?,
- Estas profundamente triste y desencantado con tu vida,
- Solo quieres dormir,
- Te ayuda estar concentrado en tareas repetitivas que te evaden de la realidad,
- Tienes sensación de irrealidad, de estar viviendo la vida de otro, como en una película,
- Ataques de ansiedad (o no)
- Agorafobia
- Y seguro que hay más, pero yo te cuento los míos que bastantes me parecen
El día a día en una depresión
Para mi fueron 6 meses que parecieron 6 años, a veces pienso joder, ¿cómo es posible que realmente fueran 6 meses y tenga tantísimos recuerdos amargos?… Mi cuerpo (y mi cerebro) grabaron ese periodo como irrepetible, lo han magnificado tanto que estaría dispuesta a hacer cualquier cosa por no volver a sentirme así nunca jamás.
El día a día se desarrolla como cualquier otro pero tú no te puedes mover, es como arrastrar un elefante, logras llegar al trabajo donde esperas pasar el día haciendo fotocopias o ensobrando como un robot, sin que nadie te moleste o te haga pensar más de dos minutos. Esto no es vivir, empujar para que pasen las semanas, los días, los años… no es vivir, vivir es ser plenamente consciente, disfrutar hasta de las derrotas.
Los ataques de ansiedad
Durante ese periodo pueden aparecer crisis de angustia o ataques de ansiedad, es la cúspide del problema, la señal que te envía tu cuerpo de que hay que tomar cartas en el asunto. Los ataques de ansiedad te pueden dar en cualquier lado y los puede desencadenar cualquier cosa.
El ataque de ansiedad es una respuesta exagerada del cuerpo al miedo. El miedo: a no ser capaces de hacer algo, a perder a alguien, a morirnos, a envejecer, a tomar la decisión equivocada, a estar rodeado de gente, a estar solo, a no ser aceptado, a que todo el mundo te preste atención…EL MIEDO con mayúsculas.
El miedo nos ha mantenido vivos desde que nos pusimos de pie por primera vez es un instinto muy básico y fundamental para poder sobrevivir, muy visceral, muy reptiliano y nos alerta de que algo no va bien y tenemos que huir, el problema viene cuando no hacemos lo que nuestro cuerpo nos está gritando: huir, y es entonces donde el conflicto al que sometemos nuestro cuerpo desemboca en crisis.
Ante el miedo que nos genera un problema no caben más que dos situaciones, básicamente TODOS los problemas se simplifican en dos grupos:
- los que puedes controlar y por tanto resolver o solucionar
- los que escapan de tu control y no puedes solucionar
De ahí la frase:
¿Tiene solución? – NO – ¿Entonces para qué te preocupas?
¿Tiene solución? – SI – ¿Entonces para qué te preocupas?
Aquellos que están en tu mano y has decidido atajar, tienes que poner manos a la obra, de la depresión se sale cuando uno decide que ya está bien de estar así y se pide ayuda. Solo y sin ayuda es bastante difícil poder atajar el problema, básicamente, porque no estás fuerte para tomar decisiones.
Ejemplo práctico: el trabajo te produce ansiedad por el motivo que sea, hasta tal punto que es el trabajo o tú, la decisión correcta es hablar con tu familia y ver que opciones hay de salir de esa situación:
- ¿Se puede hacer frente a la situación sin los ingresos que reporta tu trabajo?,
- ¿Puedes comenzar la búsqueda de trabajo mientras paralelamente sigues en el actual, pero el pensar que te vas de da un balón de oxígeno?,
- ¿Puedes o quieres pedir una baja?,
- ¿Plantear el problema con los compañeros de trabajo e intentar solucionar el problema?
Cada situación y cada persona tiene un perfil y un carácter, y siempre hay una decisión más adecuada para cada tipo, personas más radicales elegirán cambiar de trabajo radicalmente, otros sólo necesitarán el tiempo de una baja. En cualquier caso, actuar.
Si por desgracia la situación escapa a tu control es decir estás en ese segundo grupo de problemas sobre los que tienen poca o nula influencia, necesitas más ayuda para gestionarlo, y gestionarlo es asumir aquello que no se puede cambiar.
Hay una frase que escuché en una película que dice algo asi como: Dios mío líbrame de mis enemigos y si no, envíalos con una cojera para que los distinga al caminar. En su momento me hizo mucha gracia pero es así, tus problemas tienen que tener algo que te dispare las alarmas y reconozcas de forma que puedas atajarlos o asumirlos con rapidez y evitar el mal trago.
Asumir un problema, no es el mero hecho de esto es así y ya está, qué le vamos a hacer, pero casi casi, hay personas que llegan a esta conclusión rápido y otras que por su carácter tardan años o la vida, tómate tu tiempo el que necesites, pero asume tus limitaciones y las que te pone tu miedo.
Para poder conseguir asumir aquello que no eres capaz de solucionar, desde mi punto de vista es muy necesario contar con profesionales que te guíen en estos periodos y te hagan seguimientos tanto físicos como psicológicos. Y es muy importante encontrar aquel terapeuta con el que te sientas cómodo y en sintonía, para que escuches lo que tiene que decirte y te ayude a ver el motivo que nos produce el miedo.
Cómo controlar un ataque de ansiedad
La respuesta física
Lo primero es romper con el entorno en donde se está produciendo el pico de angustia. A mi me daban por la noche así que en cualquier sitio donde estés te levantas y te vas al baño, te lavas la cara, te echas agua en la nuca, te alejas, lo que sea para cortar la escalada de pánico en la que se está metiendo tu cuerpo.
Respiraciones
Cuando creas que tienes la situación bajo control, haz diez respiraciones abdominales, inspira despacio por la nariz llenando el vientre, siendo consciente de cómo entra el aire, de igual forma echa el aire por la nariz lentamente.
Medicación
Si todo lo anterior falla y tómate la pastilla que te hayan recetado los especialistas y mantenla debajo de la lengua, concentrándose en su amargo sabor.
Y por último mis consejos para salir del hoyo
En mi caso no sé si tuve una depresión por los ataques de ansiedad o los ataques de ansiedad fueron porque tenía una depresión. El caso es que en todo momento sentía un miedo atroz y fueron estos pequeños grandes pasos los que me ayudaron a salir del hoyo:
Pide ayuda y confía en tus familia y amigos, habla con ellos, pídeles opinión, sin miedo. Es importante que la gente que te rodea sepan cómo estás para que actúen en consecuencia y no te pidan lo que normalmente estás acostumbrado a dar y que en circunstancias normales, harías o dirías sin esfuerzo.
Habla con un especialista, cuando decidí que ya estaba bien de estar mal y que necesitaba ayuda fui a ver a un psiquiatra con objeto de que me derivara a un psicólogo, antes en Sanitas iba así la cosa, ahora es el médico de cabecera quien directamente puede derivarte al psicólogo. Pues bien hace diez años me presenté delante de una señora que tras escucharme con los puños cerrados me dijo que mi caso era muy interesante y objeto de estudio, y que ella tenía un equipo de psicólogos que me iba a venir estupendamente… a 100 pavos la sesión… le dije que me parecía estupendo pero que no tenía ese presupuesto para mi salud mental y que me iba a arriesgar con los psicólogos del seguro que actualmente tenía… y salí de la consulta con un papelito que decía que sufría un episodio histérico con crisis de identidad. A mi se me soltó la tripa de la risa claro… no me jodas ¿crisis de identidad? ¿Estaba en un armario y no lo sabía?, semanas después en la visita al psicólogo, los dos juntos nos descojonamos del diagnóstico y estuvimos hablando relajadamente de las fases de los seres humanos y que igual que hay crisis de los 40, también las hay a los 30, y momentos en los que nos ponemos chungos y nada más… sin histerias ni crisis de identidad, conecté con mi psicólogo, quien me ayudó a salir del hoyo. Y con esto quiero decir que a veces no te puedes quedar lo primero que te diga el primer especialista, a veces hay que interiorizar que cojones te han dicho y si eso encaja o no, y de igual forma, valorar si esos especialistas te están ayudando a gestionar el miedo o si por el contrario sales con la sensación de tiempo perdido. Eres tú el que decide.
Toma la medicación, con esto cero bromas, son medicaciones serias, que hay que tomar cómo y cuándo te dicen que tienes que tomarlas y no dejarlas de tomar porque ya te sientas bien o duermas mejor.
Habla de ello, Woody Allen puso de moda entre los neoyorquinos el psicoanálisis, ¿Por qué a ti te da vergüenza hablar de que estás atravesando un periodo difícil?, la gente que te quiere te cuidará y a la que se la sudas se les seguirán sudando tus problemas.
Para terminar
No dejes que el miedo domine tu vida, aprende (con ayuda) a gestionarlo y asumirlo, vive que la vida es demasiado corta como para vivirla triste, y viaja, ¿Sabías que la gente que viaja se deprime menos?.
Y como dice Yoda:
«El miedo es el camino hacia el lado oscuro, el miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento, el sufrimiento al lado oscuro.»
No entres en el lado oscuro.
Lecturas recomendadas
Haz que cada mañana salga el sol
VLA
Superinteresante el post, muy sorprendente. Leyendote me hace recapacitar sobre una etapa de mi vida en la que no tengo diagnóstico de lo que me pasaba porque no acudí a especialiata pero buena de la cabeza no estaba. Cada día me levantaba llorando, trabajaba llorando, me acostaba llorando me veia incapaz de salir del bucle porque pensaba que igual me merecía todo lo que me pasaba y tampoco tenía tiempo de pararme a pensar el motivo de todo aquello, la cabeza no tenía tiempo de parar a pensar en mi misma. La gente a tu alrededor no puede entender lo que pasa xq es fácil ver que todo tiene solución y además escuchas muchas veces «no te quejes tienes trabajo». Si bien llega un día en el que con o sin ayuda tu mente despierta y aceptas la realidad y lo mejor es trabajar para cambiar lo que que te hace mal y mientras dure la situación saca partido de ella porque de todo se aprende!
MNG
Como me alegra leerte!, estaba un poco asustada por escribirlo y por publicarlo… por escribirlo por rememorar esa fase oscura de la que siempre hay un rescoldo, y por publicarlo por ser algo tan personal… tu comentario hace que me vaya a la cama hoy FELIZ, gracias!