Leía un post hace unos días donde la bloguera echaba de menos las conversaciones de teléfono… que a veces hay tanto que contar… que una buena llamada de teléfono, larga y tranquila, oyendo la voz al otro lado del hilo, las risas, los matices… Pues a mi cuando me llaman invaden mi espacio audio-personal.
¿Por qué me llamas? Mandame un wasapito!!
Me cuesta dar mi número de móvil… ¿me vas a llamar? ¿me vas a enviar publicidad? ¿me vas a estar bombardeando? No quiero cambiarme a Jazztel, no quiero un seguro, no quiero un préstamo preconcedido, no quiero tu visa.
Y es que para algunos de mi generación la forma de comunicarse ha cambiado radicalmente. ¿Soy millenial?, pues pese a estar un poco en el borde temporal, para muchas cosas, SI, lo soy.
El otro dia buscando un una infografía generacional, vi que hay un pequeño debate entre si los jóvenes millennial empiezan en el 80 o el 77, yo soy del 78, y personalmente HOY estoy más cerca de la millenial que de la generación X, pero no siempre fue así desde los 20 a los 30 puede que sí siguiera esas pautas de consumo que se asocian a la generación X pero de los 30 a 40, hubo una metamorfosis, puedo vivir con lo puesto.
Veamos en qué puntos soy más de la generación del milenio que X.
Directo al grano
Los millennials no se casan por el circuito tradicional
Yo entonces no lo sabía… pero salirse del circuito tradicional de iglesia + banquete + viaje a canarias es muy millennial. Años después vería un titular en la Vogue del dentista sentenciar cómo los millennials hacían reuniones de amigos en mitad de un bosque sagrado, todos vestidos con algodón ecológico en vez de ir al Ritz, como dios manda. A mi me falló el tema hipster pero los hubiese descalzado a todos y metido los pies en las aguas de Formentera si hubiera podido mientras hacíamos unos votos por un rito animista. Finalmente hice una boda – cañas… A mi casamiento civil solo asistió la familia ultra-cercana y mis mejores amigos, meses después hice una cena arreglada pero informal y meses después me fui a Bora Bora. A los del restaurante ni les nombramos el tema boda: una cena para un grupo de hasta 65 personas dijimos… (fundamentalmente amigos), sin florituras, gracias.
Los millennials no compran cosas
Hace ya varios años que cuando me preguntan que qué quiero por mi cumpleaños contesto: «nada, tengo de todo«. Durante algunos años incluso pedía, toallas o sábanas… me ahorras tener que ir a comprarlas… Para mi comprar zapatos ya no soluciona mis problemas, que me regales el bolso número 34 ya no me hace una ilusión tremenda… regálame tu tiempo… vamos a hacer algo juntos…
Cuando amas lo que tienes, tienes todo lo que quieres.
Los millennials tienen un constante sentimiento de no pertenencia
A menudo me encuentro barruntando que no pertenezco al sitio o al tiempo en donde estoy. Como si no pertenecieras a ningún lugar como si las cosas se hicieran de una forma que para ti esta obsoleta, como si los problemas que te hacen creer que son importantes para ti no lo son, como si las noticias que te cuelan con calzador, para ti no fueran más que papel para encender la barbacoa…, en la universidad, sientes que el método de enseñanza y los contenidos están desactualizados… temes que en cualquier momento el profesor que sabes diseñó el plan general contable que se usa en la actualidad saque el ábaco, en temas políticos te declaras en plan: idos a la mierda, tu religiosidad es tendente a cero, pero sin embargo no eres del todo mala persona a ojos de tu abuela, tienes gran conciencia cívica, eres comprometido, te preguntas de dónde, cómo y por quién están hechas las cosas que comes, compras o consumes.
Los millennials son digitales
Ahora la comunicación es inmediata, ¿No me contestas as ws? me agobio… ¿Me dejas en visto? me cabreo… ¿Me contestas OK después de una parrafada?…te mato.
Y es que ahora por no llamar, si es muy largo de contar te envio un mensaje de voz, para que lo oigas en estéreo, tú y todos los que están en el metro a tu alrededor.
Hemos nacido con al menos un dispositivo electrónico debajo del brazo, nuestra fuente de información y o inspiración ya no son padres o maestros, son google, y youtube para los más jóvenes. La información ya no es poder, la información está democratizada, es libre, la queremos libre, no nos gustan los cánones ni que sepan qué nos descargamos, está ahí lo quiero ya.
Vivimos en las redes sociales originales (Facebook, twitter, instagram, cada uno tiene su preferida, según su carácter), y lo poco que compramos lo hacemos después de haber leído al menos tres foros de opiniones. Nos fiamos más de un extraño que por supuesto de la publicidad televisiva, ya no se ve la tele, ¿Contenido con horarios? ¡Qué es eso!
Somos la primera generación con FOBO (Fear Of Being Offline).
Los millennials están desilusionados
Vamos por ahí quejándonos y parecemos poco comprometidos, que no nos movilizamos por pereza… pero la gran mayoría llevamos muy dentro la frase:
“haz en ti el cambio que quieres ver el mundo”,
Te horroriza la cantidad de residuo que generas, tratas en la medida de lo posible de reducirlo, reciclas hasta las servilletas y procuras comprar a granel. Te horroriza el tráfico de animales… intentas explicar que una serpiente, una cotorra o una tortuga de Florida no son una mascota y que si las compras acabarán en el Juan Carlos I. Nos perturba la situación política, cambiamos nuestro voto sin mayor problema en un pispás… no obligamos a nadie, somos silenciosos, nosotros decidimos qué comer qué llevar qué comprar y que no, a nuestro rollo.
Los millennials no quieren trabajar
Una creencia muy arraigada pero muy FALSA, los millennials queremos trabajar en algo que nos guste y nos motive, ya no queremos el trabajo para toda la vida, del de 9 a 6, el jerárquico, el de poner grapas, estamos dispuestos a sacrificar sueldo por una mejor calidad de vida, valoramos nuestro tiempo por encima de muchas cosas, la vida es corta, en definitiva, sabemos que:
Podemos vivir con menos
A menudo sentimos que no ha merecido la pena el esfuerzo realizado en nuestra educación, el futuro laboral no está acorde con nuestras expectativas. Y eso hace que busquemos soluciones fuera de la bola de hámster.
Los millennials están descentralizados
Si para poder lograr lo que quieres te tienes que ir fuera no te importa. Recuerdo cuando comencé a trabajar y mis compañeras más antiguas compartían sus miedos: que tras quedarse embarazadas la empresa les relegase al ostracismo, pero no sólo eso, que les enviaran fuera de Madrid… A una provincia!! Aquello era impensable, que te destinaran fuera de Madrid era como que te enviaran a Siberia.
En cambio ahora, a ver si te mandan a Villapún del medio, con suerte con tu sueldo Madrileño puedes tener una casita con huerto y placas solares clandestinas… Así hemos cambiado.
Millennials sin casa ni coche
Si le sumas:
- una situación laboral en la que estás dispuesto a sacrificar sueldo por calidad de vida,
- que millennial rima con mileurista en mas casos de los que debería,
- que les gusta viajar y gastarse el dinero en experiencias y no en cosas
- y que tenemos esa sensación de “estar de paso”,
no compra casa y coche ni Pancho.
La primera vez que realmente profundizamos en este sentimiento fue hace pocos meses, cuando mi marido actual un día me dijo: “Joder que bien, el cole de las niñas está a dos manzanas, se acabó el coche entre semana”. Y es cierto!, yo me muevo en transporte público, mi marido solo pilla el coche para llevar a las niñas a casa de sus abuelos… pues ahora el coche se queda para las esporádicas reuniones que tiene y la compra… ah! no! que existe Amazon Prime!… vaticino que si a las infantas les gusta la bici, como tenemos dos carriles bici maravillosos, se nos van a poner unos gemelos como a Popeye yendo a ver a sendos abuelos y a jugar a todos los parques cercanos con comodidad y deportividad.
¿Vivir sin coche? ¿Será el coche como todos los bártulos que compramos para las niñas y fueron saliendo con cuentagotas por la puerta: cunas, hamacas, tronas, bañera?, ¿Podré decir algún día: coche? no, no tengo coche al final lo vendí, ahora me muevo en uber o en cabify y alquilo cuando lo necesito…
Así que ya sabes, si alguna vez llamas a alguien y parece que te contesta como si le hubieras pillado cagando, no eres tú, es el salto generacional, ámale así, tal es.
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