6 cosas que ya no hago desde que soy madre

Aunque a veces suene fuerte y después de haber perseguido la maternidad como una loca, en el fondo sientes que tienes dos intrusos que en casa que te derriten el corazón pero que a veces tu cuerpo rechaza como a quien le trasplantan un órgano no compatible.

El otro día descubrí lo buen plan que es dejar con los santos abuelos a la predilecta y a la preferida un día de fiesta (La Almudena en Madrid) e irnos a ver una matinal (Thor Ragnarok) y a comer.

Allí estábamos las dos, dos padres con 40 niños detrás, yo feliz de la vida, mi marido un poco atormentado por la culpa.

A mi la culpa se me pasó entera la segunda vez que le vi el lomo a Chris Hemsworth y es que desde que tengo hijas valoro muy mucho el tiempo que tengo para mi y todo lo que he dejado de hacer desde que ellas rondan por aquí.

Escuchar música

Me he dado cuenta que valoro un huevo, pero un huevo el silencio, el silencio sepulcral, el de no me hables, que estoy aquí pensando en nada. Ayer en la película pensaba: joder que buena es esta u esta otra canción, tengo que descargarla, ponerla la lista… ¿en la lista de qué?… Mi vida antes tenía banda sonora, me unía a la moda de llevar esos pedazo de cascos que te aislaban de la vida y solo estabas tú, tus decibelios y el señor de enfrente que te miraba raro. Ahora tras la cesárea, he dejado de meterme decibelios y he pasado a vomitar palabras. Curioso. De dentro a fuera.

¿Ah que tú si puedes escuchar musica? Dale!! ¿Conoces Amazon Music Unlimited?

Leer

Se que tengo que volver a leer, para escribir y oxigenarme… Mi marido no para de decirme, que tal libro o tal otro son buenisimos, que este me ayudará con tal cosa o esa otra… estoy deseando que saquen los resúmenes… o los podcast!

Me siento incapaz, recuerdo una vez cuando solo tenían los pequeños monstruos 6 meses y estábamos disfrutando de 15 días en Creta antes de volver a la cruel realidad y reincorporarme al trabajo después de un break de 10 meses… me llevé un libro… pensando que como todavía no caminaban estarían tan a gusto y tranquilas en una toalla mientras yo en la hamaca me leía el libro en cuestión…. jajajaja, todavía me descojono recordándolo.

¿Que libros quiero leerme?

• Una breve historia de casi todo
• El hombre en busca de sentido
• Chomsky esencial

Salir a cenar

Todavía no lo he conseguido, desde que nacieron las niñas he intentado ponerlo en varias listas, la de reyes y la de cumpleaños, no quiero anillos ni collares, quiero ir al teatro y a cenar. Parece una misión imposible. En la etapa pre-colegio cuando las niñas se quedaban con sus abuelos era un poco fuerte además pedir la noche de sábado ya que o unos acababan de tenerlas o bien bien los otros las iban a tener, asi que pues pasábamos palabra. Tras el comienzo del colegio lo hemos ido dejando y dejando ahora le damos a las matinales de cine, ser padre te convierte en diurno, te vas al cine a las doce, a comer algo rapidito, un lujo si ya te tomas un café y luego a recoger a los retoños.

¿Volverán las cenas? No te puedo decir, pero si las echas de menos es normal, únete al grupo de apoyo…

Reposar los domingos

Esto de las fases infantiles es un poco puñeta, esta primavera verano disfrutamos de los auto mc-cafés nada más acabar la comida, me explico, terminamos de comer un sábado/domingo y nos metíamos los cuatro en coche, diez minutos y dos rotondas después, las gemelas del resplandor estaban fritas. Aparcábamos con cuidado en una sombra, pedíamos un café y disfrutábamos de 45 minutos de paz en el coche, yo escribía post o veíamos una serie en el portátil… Lo mejor es que cuando alguien te prestaba atención no le sorprendía ver a dos padres viendo netflix en un portátil, en un coche, con dos churumbeles fritos detrás. Adáptate o muere.

Ahora todo ha cambiado, no se duermen ni para atrás, ni con coche ni sin coche, ni con película ni con nada, tienen pilas hasta 12 horas después de levantadas, en plano secuencia, no hay paz ni para los malditos ni para nadie.

¿Volverán las siestas? algunas madres oráculo dicen que sí, que meten a sus hijas de 4 años en la cama y dicen: «hasta mañana mami», yo eso lo veo como muy far far away por el momento, sigo combinando café y té en relacion 2/3  para seguirles el ritmo, y pensando seriamente en pasarme al mate.

Ir al gimnasio

ja-ja que risa, me río yo de la conciliación de la vida familiar/laboral, le he dado todas las vueltas posibles y o me reduzco la jornada o veo imposible volver a pilates, tengo que estudiar las opciones de hacer gimnasia juntos, porque sé que en el cole lo hacen y mi madre estuvo enseñándoles algunas posturas de yoga y parecían muy pro. ¿Por qué no? Puede ser divertido.

El fin de semana pasado como el que no quiere la cosa y pasando cerca de la lona que lleva puesta ahora nuestra piscina comunitaria dejé caer que hay otras piscis que están abiertas pese a que hace frío, y se dan clases con más niños pero que en este caso mamá y papá estarían con ellas… parece que la idea cuajó profundo, ya que ambas querían ir para allá en aquel preciso momento. Haremos una prueba… y me da que habrá post de la experiencia.

¿Ah que crees que puedes sacar 5 minutos?

Mira esssssssto: stepper con cintas de entrenamiento, es verlo y darme agujetas, tiene pinta de ponerte tocha.

Cuidarme

Las frases:

Los pelos abrigan, total no tengo tanto y con las medias no se ven mucho…

Se han convertido en las mentiras piadosas que me cuento por las mañanas. Cortarme las uñas no por estética sino para no marcar como Lobezna a mis hijas cuando las subo los calcetines, es la razón principal para pegarme los tajos correspondientes sin preocuparme en llevarlas igualadas.

Cotarme las puntas a machete y por mi misma cuando ya veo que los enredos de mis rizos son de hiena cabreada es lo habitual a día de hoy, y es que por lo menos en esta madre que suscribe, el abandono capilar es latente.

Te miras la tripa y dices, ya recuperaré el músculo anverso este, que ha decidido relajarse y dejarme colgando los intestinos al vacio.

Te miras las ojeras y te dices, ya dormiré cuando muera.

Y por supuesto ni te pesas, no quieres más disgustos, solo tienes fe en que la ropa de la temporada anterior te entre mínimamente.

Y hasta aquí mis seis cosas que ya no hago, pero que seguro volveré a retomar en algún momento, aunque también hago muchas cosas nuevas y sorprendentes como volver a señalar catálogos de juguetes, comprar globos a 4 euros y disfrutar de las pequeñas cosas a través de sus pequeñas personalidades… pero eso lo dejo para el siguiente post.

Feliz Gin & Tonic!