Directo al grano
Señal de alarma
¿Estando sentado un día cualquiera en tu mesa del trabajo, piensas: ¿Qué cojones estoy haciendo yo aquí? y más concretamente: ¿Qué cojones estoy haciendo yo con mi vida?, si la respuesta es sí, eso queridos amiguitos es el principio del fin, es el germen de una nueva etapa, es tu cerebro gritandote que está hasta los huevos de hacer lo que lleva haciendo los últimos 10 años.
Si eres cuarentañero, probablemente tengas unos padres que te han inculcado lo bueno que es tener trabajo fijo (en lo mismo) para toda la vida y formación superior, y tú como que últimamente rezas porque por fin llegue el holocausto zombie y liberes a la Michonne que llevas dentro… te sientes con que deberías de cambiar de puesto, de tareas y si me apuras hasta de empresa, cada 5 años, ¿Por qué 5 años? pues porque sí, por aprender, por conocer gente, por ampliar tu círculo, por salud mental…
Pero todo eso pasa en tu cabeza… la sociedad, la economía, la crisis, no acompaña ¿no?, el entorno laboral es como un poquito complicado, la hostia si ya eres una madre con prisas…
En mi humilde opinión, los cambios son buenos: enriquecen, conoces nueva gente, nuevas historias, nuevos jefes, experimentas nuevas formas de dirigir y ser dirigido, emprender…
Pero parece que hay algo que te grita:
¡¡¡¡¡¡Quédate con lo malo conocido!!!!!!!
La bola de hámster
En mi caso, desde el colegio siempre fui una de esas personitas grises que dan poca carga de trabajo al profesorado, era de ese montón por el que no había que preocuparse, poco guerrera y buena estudiante; menos hacer el pino en gimnasia se me daba todo medianamente bien, y me ponían notable por el esfuerzo… esa forma de ser significaba que estaba entre el “bien” y el “notable”.
Cuando llegas a decidir si ciencias o letras, te da igual, parece que las mates y las ciencias se te dan bien porque son más entretenidas de estudiar que la historia, pero también se te da bien escribir y te gusta y te relaja… bah! bachillerato de ciencias.
Para mi el colegio fue una cadena de producción, un videojuego donde el monstruo final eran los globales, todos los días misma historia, misma rutina, no hay tiempo de pensar por ti mismo, nadie te enseña verdaderamente pensamiento critico, a nadie le preocupas, no hay guías, no hay mentores, no hay profesores que se preocupen por ti y te sugieran la lectura de un libro que cambiara tu vida como ocurre en las películas americanas, aquí no, a mi no. Ahora eso si: mi mis padre venían a verme bailar vestida de pastorcilla, como Dios manda y crisis cero.
Tras el cole, no ir a la universidad ni se planteaba, y sigues en la rueda de hámster dándole fuerte, eligiendo la carrera por las salidas que tiene, y se te da bien porque menos leyes y medicina, hubiera sido capaz de meterme para el cuerpo cualquier cosa, y te planteas seguir en un doctorado, pero como que notas en las reuniones que tienes con los profesores un: hija, no te metas por aqui, no sabes si por hastío o por eliminar de sus espaldas estudiantes pesados sin vocación que terminan dejando las cosas a medias…
Y sigues dándole a la bola del hámster, corriendo, si en el colegio no le importabas a nadie, en la universidad pasas a una educación masificada de “tú mismo con tu mecanismo”, de igual forma cero mentores, no hay ninguna asignatura que se te mal, ni ninguna que te encante, simplemente superas las pruebas de nivel y ya está lo que en ese momento se te exige, nadie analiza en lo que eres bueno, nadie te guía para sacar lo mejor de ti, eres una persona sin vocación, que vomita todos los conocimientos el dia del examen y no vuelven dentro, tu cerebro se vacía preparándose para el siguiente examen, cero rescoldo.
Tu vida pasa mientras ves a tu compañeros leer las páginas salmón de los periódicos de obligada lectura en tu carrera, pero a ti te la suda, tu lees La “Muy interesante” y “Año Cero” esperando que los extraterrestres te envíen una señal diciéndote que todo esto es broma: ¡¡Camara oculta!! y no, no te la envian los jodios… y terminas la carrera y sales y te pones a trabajar corriendo porque te quieres independizar e irte a vivir con tu novio.
Y te encuentras con casi cuarenta diciendo: yo lo que tenía que haber estudiado es programación y un master en excel/access…¿?.
Tengo una mente matemática perfecta para programar, leo y entiendo esas sentencias super tochas del VBA… y me gusta escribir…. mucho, me gusta escribir mucho, y entonces voy a una conferencia sobre la segunda carrera profesional, y pienso coño!!! no soy la rara!!!, solo que para mucha gente esta crisis existencial se le plantea a los 50 y va unida a una prejubilación, a mi ya me ronda la cabeza desde los 35.
Conozco demasiadas personas que han estudiado biología y meten facturas, que han estudiado políticas y están en departamento de recursos humanos, que han estudiado físicas y son desarrolladores web, que ha estudiado derecho y venden casas o meten préstamos en un banco… que en definitiva, han estudiado una cosa y terminan trabajando de algo totalmente distinto.
¿En qué momento está el error?¿Es correcto preguntar a un niño de 15 años si ciencias o letras? ¿Por qué nadie se preocupa de guiar, aconsejar, mentorizar en las etapas del desarrollo? ¿Como puedo tener una conversación HOY con alguien que duda en si hacer turismo o una filología?
¿Tienes efectos o defectos especiales?
Todos, absolutamente todos tenemos algún don que no tiene que ver una mierda con nuestra carrera profesional, para algunos es:
- La cocina (María, abre una empresa de catering, Raquel haz un blog de recetas de dieta galáctica).
- La ropa (Marta tienes un gusto increible en ropa de niño, abre una tienda).
- El contacto con la gente (Isabel abre una mercería).
- Transmitir paz, escuchar a las personas (Ana abre un centro de meditación y mindfulness)
¿Por qué esto no se ha visto antes? ¿Por qué tienes que estar hastiado de ver a dónde y cuánto te exige tu carrera profesional para darte cuenta que a ti lo que te mola es la carpintería? ¿Por qué no hacer de ese talento combinando muebles una segunda carrera profesional en diseño de interiores?
¿Qué nos falta para dar el salto?
Generalmente un despido o un infarto: cualquier situación brutal que te pegue tal patada en tu gordo culo que te catapulte fuera de tu zona de confort y te haga replantearte tu vida de arriba a abajo.
Somos así, en tiempos convulsos empezamos a darle a la mollera, a tener ideas. Mi recomendación: apúntalas todas, las ideas locas y las ideas cuerdas, desde ir en chanclas a recorrer Asia con objeto de hacer una guía titulada: “Asia en chanclas y pantalón cagao”, hasta aquellas con un tono más comercial y más vendibles de cara a pedir financiación en un banco.
Me contaba un amigo (me lo envió: artículo) de una nueva idea de negocio que arrasaba entre hipster y/o veganos: abrir una boutique de venta y consumo in-situ de cereales. Sí señores, tú te plantas delante de un banquero y le dices que vas vender cereales a granel en una tienda exclusiva en Malasaña y que además vas a poner 10 mesas chiquitajas para que el hipster se siente y se coma un bol de cereales con diferentes leches de diferentes orígenes… Al banquero se le resbalan las gafas por nariz, pero hey! ahí están, ¿Y sabes que? Hay cola!!! cágate Amparito.
Hay ideas raras pero seguramente si le contaras a tu abuela que hoy en día las mujeres somos capaces de sacarnos una cuenta bancaria y el pasaporte sin permiso del marido o padre, también fliparía, los tiempos cambian, la gente cambia, la manera de comunicarse cambia, los gustos evolucionan, y yo creo que por primera vez estamos ante un entorno muy impredecible donde todo vale, hay público para todo y en dónde todos podemos encontrar nuestro rinconcito desde el que ser felices (sobre todo en la red o ayudados por ella).
Así que poneros a darle al coco pequeños míos, aprovechad esas vacaciones rechupeteando un helado para pensar en dónde estáis y dónde queréis estar dentro de 5 años (yo escribiendoos desde Bali).
Ana Colomé
Muy buen post. Este es un tema que a muchos, a muchísimos, nos remueve por dentro ?
MNG
estamos en ello pequeña mía, estamos en ello…