Durante muchos años me repetía la frase:
¡Qué horror traer niños a un mundo como este!
y cuando dejé de pensar en ellos he hice el acto egoísta de ir y traerlos, las noticias futuristas me tocan más la fibra y a veces paso días en un rincón meciéndome, Gin & Tonic en mano y arrancándome las cejas.
Hace unos meses tuve la dicha de ir a una ponencia donde la frase del profesor para romper el hielo y hacerse con la audiencia fue:
¿cómo os véis en el 2050?
Los más graciosos contestaron que con 32 años más, otros que jubiletas y otros que en Bali (yo).
Pues sorprendentemente los que iban encaminados con el tema del ponente fueron los que contestaron que con 32 años más.
El ponente abrió su discurso con un artículo que decía que España iba a ser el segundo país más envejecido para el 2050, y que las previsiones de la ONU eran que de hecho que iba a ser el más envejecido. Por una vez ibamos a ser los primeros en algo… pero joder ¿precisamente en eso?
Quedan 32 años, lo que significa que mis hijas de 35 se encontraran con un mundo de yayos, diseñado y pensado para y por los yayos, donde la población mayor de 65 años será del 30% y lo peor: yo misma estaré incluida.
Pérdida de visión, flaccidez y descolgamiento
Lo cierto es que a mi me resulta aterrador. El artículo en el que se basaba el profesor es bastante extenso pero la miguilla está al principio.
Si lo lees objetivamente esta fenomenal, pero si lo lees desde el punto de una madre y un ser humano, te tomas un gin tonic, o dos.
La publicación está hecha por Fundación General CSIC que termina por proponer o anticipar una serie de medidas como en plan: tranquis que lo tenemos todo controlado… pero nada se habla de intentar fomentar las políticas de conciliación y aumento de la natalidad, o qué hacer para evitar que el 30% de la población tenga más de 65 años, así que el artículo deja un sabor de boca de situación irreversible.
A la sociedad solo le importa el cajón de edad en el que se encuentra ella misma y a los gobiernos los cuatro años siguientes con vista a las elecciones… y si estas se las van a hacer ganar los yayos pues se centran como siempre el la mayoría y en sus necesidades, y si estas son geriátricas, pues dale.
Yo no quiero que haya más jóvenes para cuidar ya sea físicamente o económicamente de los mayores, yo quiero que haya jóvenes viviendo con jóvenes en un mundo joven, que sin relegar a los mayores al ostracismo, disfruten de su “estrato” social sin sentirse minoría en extinción.
En los tiempos de mi yaya, cuando ella era madre activa y ama de casa, el cuidado de los mayores no parecía tan grave. De hecho mis dos yayas han convivido con sus hijos, y su suegra una y madre otra, hasta el fallecimiento de ambas. Tan normal todo. Parece que antes los abuelos eran parte de la familia, se les escuchaba y veneraba, eran los jefes de las tribus, el más viejo, el más sabio, pero ahora: “Abuelo no me dés la vara que estoy viendo un meme”.
Hoy no hay saltos generacionales son barrancos insondables
Sientes que tu abuelo no tiene nada que aportar, esta desfasado, no va a la velocidad que tú quieres, no te sigue, no puedes mandarle mensajes de voz porque está sordo, no puedes escribirle un wasap porque no ve, no puedes compartir con él un meme de gran hermano porque no lo entiende… las cosas que nos interesan, nos divierten o nos motivan, están muy lejos de ellos… ¿Por qué todo lo que es tendencia, nos distrae o nos aliena?
Abuelos ayer, hoy y mañana
¿Por qué hace 50 años no había tanto lío con los abuelos? ¿Por qué no tenías que dejar de trabajar o buscar 2.000 pavos para una residencia privada al mes porque no sabes qué hacer con tu abuelo dependiente?. No me digas más: La incorporación de la mujer al trabajo.
A mi me gusta mucho este hecho porque se usa como bomba de racimo para cualquier cosa, la familia se desestructura: La incorporación de la mujer al trabajo, aumento de los divorcios: La incorporación de la mujer al trabajo, fracaso escolar: La incorporación de la mujer al trabajo, el cambio climático: La incorporación de la mujer al trabajo, y así todo, me encanta. Soy muy fan.
Pero volvamos la vista atrás, cuando las abuelas de cuéntame poblaban las casas.
Tu yaya, fuera la madre de la tuya o la madre de tu padre era un tema de tu madre, de la mujer de la casa, el ama de casa, junto con la casa y los hijos en un pack, y cómo lo llevaras y gestionaras era tu problema, a ser posible se valoraba que fuera en silencio y abnegadamente, y así todos tan contentos, esto se llama: feminización de la vejez.
De pronto nos incorporamos al trabajo, oh dios mio! que hacemos con la casa, los hijos y los abuelos, pues nada algunos hacen malabares de conciliación, otros usan la inmigración tan criticada, pero el problema salta a la palestra, ahora ya no es un problema de la mamá de la casa, ahora es un problema familiar. Y el número de opiniones sobre el problema es directamente proporcional al número de miembros de la unidad familiar.
Pisos pequeños y saltos generacionales grandes hacen que los abuelos estorben y alteren la vida familiar… momentos duros, ves a tus padres envejecer, desintegrarse, intentas evitar por todos los medios que esto no suceda, buscas esa inmortalidad tan antinatural y a veces dura y cansina para ellos… “El cuerpo me pide tierra” decía mi bisabuela poniendo los pelos de punta a hija y nietos a partes iguales… y en esa angustia que ves creada a tu alrededor te planteas, ¿Y yo de mayor? ¿Qué quiero que hagan mis hijos conmigo? ¿Que quiero yo?
Mad max, sin gasolina y a lo loco
Por si no fuera deprimente dejar a mis hijas en un mundo de yayos, tambien les dejo Mad Max de escenario de fondo, según predice este artículo de la revista Nature. Si seguimos en racha (que tiene toda la pinta), en 2050 viviremos en un mundo en donde más del 25% estará desertificado. ¿Y por qué leo esto y me echo a llorar? Porque lo veo venir como un tren, las políticas españolas vienen más marcadas por la inacción que por la acción, lejos de parecernos a Noruega con sus coches eléctricos para el 2025 o Suecia siendo renovablemente verdes para el 2040, nosotros lanzamos otro plan PREVER, PIVE, RENOVE o WHATEVER… Que no se diga que nosotros dejamos caer a los nuestros.
Así que así está el plan de apocalíptico para el 2050, yo llevo preparándome años para el zombie pero no para el apocalipsis yayo en desierto “on the rocks”… voy a tener que dar una vuelta a estrategia y desde luego pensar bien cómo no ser una carga para mis hijas en el futuro aunque mi solución preferida sea que me dé un chungo en Las Molucas a los 125 años, en chanclas y pantalón cagao, mirando al mar.
Feliz Gin & Tonic
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