Maldivas con niños. Cuadernos de viaje de una madre gemelar

Viajar en las semanas anteriores a los éxodos navideños, ha sido siempre un acierto. Diciembre es muy buen mes para viajar, aeropuertos semivacios y hoteles tan poco poblados como el del Resplandor. Búscate una excusa y haz la maleta.

Para ahorrar en el gasto de avión volamos con escala en Frankfurt, como las Maldivas están en el océano índico y a medio minuto del mar arábigo, cualquier vuelo que haga escala en alguna ciudad de por ahí avanzas camino (Doha). Apúntatelo.
Vuelo de ida de 9 horas, que se pasan rapido, se me hizo pesado hasta que pusieron la cena y la recogieron. El rato que me duermo que no, estuvimos haciendo 2.500 construcciones catedralicias con esto, 100% recomendado. Tras lo cual entraron en resonancia y durmieron 7 horas, nosotros menos, hubo un bebé que lo pasó mal, según mi súper instinto maternal viajero fueron gases o presión en el oído dados los pedazo de alaridos que metía la criatura sin previo aviso para desesperación de los padres. Nada, ajo y agua.
La llegada a Malé la recibimos en plan cebolla quitándonos capas de ropa para no morir del sopetón de humedad. Los húmedos 30 graditos de la isla fueron mal recibidos por las peques que cansadas del viaje, hicieron huelga de brazos caídos literalmente.

En la llegada no sabíamos muy bien y esperábamos que alguien con un bonito cartel nos llevara al hidropuerto, ni Perry, no pasa nada un amabilísimo isleño nos ayudó a localizar el stand del hotel, y el personal a cargo nos condujo al shuttle, sacó nuestros hidrobilletes y se ocupó de nuestro equipaje.
Sorprendentemente todo rodado, yo esperaba perder todo el domingo en esperas pero no, del shuttle al hidropuerto, una monada de puertito hecho de cabañas de flequitos y mucha gente sonriente… no me extraña… Una hora de espera y una cocacola de 20cl a 5 euros después subimos al hidroavión. Contrariamente a lo que me esperaba ni aterrizaje y despegue son violentos, es más son mucho más suaves que los aviones de tierra.

Los hidroaviones de Transmaldivian Airlines son naves como para unos 20 pasajeros. El viaje, un poco ruidoso (te dan tapones) duró 40 minutos, fuimos viendo un mar salpicado de islas y atolones. Imperdible.

Al entrar en el hidroavión los últimos, ninguna de las enamoradas parejas tuvo a bien cambiarnos el sitio, ya que todos los asientos dobles habían sido ocupado quedando libres solo los de a uno, fuimos los cuatro en fila india, sin dramas, a los diez minutos las dos sobando, yo casi pierdo el brazo, porque se lo pasé por delante a mi hija para que pudiera descansar la cabeza y fuera más cómoda durmiendo. Y así 40 minutos. Gané aproximadamente 40 puntos karma, uno por minuto.

El reino independiente de las Islas Maldivas

Las Islas Maldivas son así como 1190 islas de coral agrupadas en una doble cadena de cadena de 27 atolones, repartidos por aproximadamente 90.000 km2. La temperatura oscila entre los 24º y los 33º, la humedad es alta pero la constante brisa del mar hace que tu sensación térmica sea de unos agradables 26º.

Su población está en crecimiento sobre todo durante los últimos años pero sus 400.000 habitantes hace que siga siendo uno de los países independientes más pequeños del mundo.

Los Maldivos son musulmanes y su lengua el Dhivehi perteneciente al grupo de lenguas indo iraníes aunque el inglés es ampliamente hablado por todos. Malé es la capital con 5.8km2 y una población de 150.000 personas. El prefijo para llamar es el +960, la electricidad va a 240V y están en huso horario +5 GMT. Euros y dólares son totalmente aceptados, pago con tarjeta (en hotel) sin problema, he leído que si vas de mercadillos a sus islas, las de los locales, es mejor que lleves dinerillo en su divisa, la rupia maldiva.

Y de entre las 1190 islas en el atolón de Lhaviyani se encuentra MI ISLA: Fushifaru, que significa Isla (Fushi) Arrecife (Faru). 929 metros cuadrados de paraíso, míos por una semana.

La isla se encuentra entre 2 canales que conectan la laguna interior del atolón con el mar. Está dentro de Fushifaru Kan’du es una especie de parque nacional protegido. Muy cerca de la isla está uno de los puntos de buceo más emblemáticos de las Maldivas: Fushifaru Thila. También tiene la fortuna de tener una estación de limpieza marina, donde puedes encontrar gigantescas mantarrayas y centenarias tortugas posadas flotando mientras las acicalan. 

Y mi hotel se llama como la isla.

El hotel perfecto: Fushifaru Maldives

Te reciben con tambores y cócteles. Absoluto. Pese a todo el cansancio acumulado según pones un pie en el muelle del hotel comienzan a caérsete las horas de vuelo, el calor y la diferencia horaria. Como buena madre previsora llevaba en la maleta de mano los bañadores de todos, dejamos las mochilas y nos tiramos a la piscina del bungalow.

En aquel momento nos quitamos los zapatos y ya no nos volvimos a poner nada en los pies hasta la mañana en la que nos volvíamos.

Así era el estilo de la isla, arreglado pero informalmente descalzo.

La maleta

Tras mi experiencia yo te dirá que para una semana en las Maldivas, 4 bañadores por aquello de si eres de las que le gusta cambiarse (yo solo tengo 2) y 4 pareos. Ya está eso es todo… ni chanclas, no merece la pena ir con el baúl de Imelda. Yo me llevé dos tipos de ropa:

• 4 camisetas y 2 pantalones cortos para la hora de la comida y
• 7 vestidos monos para la cena

Aparte 2 bañadores y 1 pareo. Bien, no hace falta, de verdad, hubo ropa que no me puse, no sudas porque no hace calor, corre una constante y maravillosa brisa, puedes llevarte la mitad de ropa de la que piensas, o bien, llevarte modelitos nocturnos por aquello de la foto ideal de la muerte y el resto de tiempo en bikinipareo.

No pueden faltar:

• Cremas,
• camisetas protección UV,
• spray anti-mosquitos y
• post-picaduras

La temperatura y clima en Maldivas

Unos constantes y agradables 27 – 30 grados celsius. Las horas centrales del día son las más calurosas (en el interior de la isla) que se sobrellevan maravillosamente bien al aire acondicionado del bungalow o debajo de la sombrilla en la playa, o poniéndote la camiseta de snorkel y yéndote a dar una vuelta por el cantil.
En cuanto a ver si me llueve, te vas a un clima tropical, esa frondosa vegetación no nace de la nada, necesita lluvia luego a parte de ser un sitio húmedo es que llueve y en cantidades importantes. Hay momentos del año en donde llueve más (revisa estadísticas en internet) pero son tormentas que duran un rato aunque descargan tal cantidad de agua que sumergiría a Alicante a nivel Atlántida en 2 minutos. A mi no me llovió ningún día.

La comida

El hotel ofrece las versiones de pensión comúnmente conocidas más el todo incluido, que yo no suelo aprovechar, así que nosotros fuimos a pensión completa (no nos cobraron por las niñas). Dicho esto, me hubiera ahorrado una importante cantidad de pasta si en vez de la pensión completa, hubiera optado por la media pensión y pasar la hora de la comida en el restaurante a la carta. Digo esto porque el precio de la comida en el buffet era de 49$ persona, mientras que los platos en el restaurante a la carta el precio de salida eran 20$, a lo mejor luego te pones y entre bebidas, postres y cafés, sales igual, pero en fin a mi me da que hubiera ahorrado algo.
El jefe de cocina a la fecha de este post era un chef italiano Francesco, tipo encantador, que salió a recibirnos ofreciéndose a preparar para las niñas cualquier cosa que necesitaran, eh! ojito!, no te cobran por ellas pero te preparan lo que tú quieras, se me caen las lágrimas.

Mis peques tardan en acostumbrarse a la comida cuando estamos fuera, más por los horarios que por el tipo de comida, ya que estaban acostumbradas a comer cuando tienen hambre y a menudo, ya sea por los horarios del cole o los de casa y eso de comer cuando te dicen que comas no lo llevaban bien. En cuanto al tipo de comida, sin problema por pedir pollo milanesa o pescado a la plancha, el resto para nosotros era una fusión italo asiática sencilla, es decir no era un buffet gigantesco de opción infinita pero estaba todo muy rico.

Las actividades

Yo a las maldivas voy a disfrutar del sol, la paz, la playa y los peces, así que eso es mayormente lo que me interesa, no me interesa las actividad diaria en agenda, aprender maldivo o cocina maldiva o a tejer esteras con hojas de palmera y aunque todas esas actividades te las ofrece el hotel, lo único a lo que nos apuntamos fue a 1 hora de kayak (gratis). Hay muchas actividades, algunas gratis y otras que no, pero todo está perfectamente explicado en papeles informativos de recepción o en la documentación que te dan a la llegada.

Nadie te persigue para que te dés un masaje, tomes un copa aprovechando la hora feliz o te apuntes a alguna actividad

El personal del hotel está ahí para lo que necesites, pero te dejan a tu aire las 24 hrs del día.

El hotel pone a tu disposición de forma gratuita todo lo necesario para hacer snorkel (aletas, gafas, tuba y chalecos si lo prefieres), hacia el final de la semana contratamos una excursión de snorkel para ver tortugas que yo tenía muchas ganas, 75$ persona, por las niñas como ya he dicho no nos cobraron.
Dejar las actividades para los últimos días fue una decisión estratégica, esperamos pacientemente a que las niñas le perdieran el respeto a los peces y al mar. Fue una decisión muy acertada.

Tips para disfrutar del mar con niños

El verano pasado ya les compramos máscara y tuba, empezaron en la piscina de casa y seguimos en la bañera durante el otoño, lo importante es que le cojan el gustillo. Al llegar allí y ver que sus padres se calzaban las aletas, ellas también pidieron dos, con sus chalecos gafas, aletas y tuba nos íbamos al cantil a ver que había cada mañana.
Por las tardes repasamos los peces y deseábamos tener suerte para ver algo mas al dia siguiente.

Hicimos snorkel con ellas a la espalda, cuando les apetecía metían la cabeza, al final ambas decidieron que la otrora amada tuba les molestaba más que les ayudaba así que optaron por aguantar la respiración e ir metiendo la cabeza cuando petaba.
Con ese buen rollo cogimos la excursión llamada: “Turtle Quest”. Éxito absoluto. Aunque había más corriente de lo normal, ellos te saben llevar a un punto para que no tengas que luchar contra la corriente sino que aprovechándola seas paseado tranquilamente por los cantiles. Dos paradas, a la primera bajamos los cuatro, dos en plancha dos a caballito. Una auténtica maravilla, lo recordaré siempre. Después de cerca de una hora en el agua dijeron que tenían frío (y llevaban camisetas especiales forradas de Decathlón) al tiempo que el dive master daba por terminada la actividad. Tuvimos suerte. Ellas estaban por la labor y la suerte nos sonrió.

Convirtiendo las rutinas en rituales: Nuestros horarios maldivos

• 8:30 en pie
• 9:00 desayuno
• 9:30 piscina, natación asistida «mira mami como floto»
• 10:00 playa y paseo marino de control
• 11:00 castillos de arena y escritura con coral
• 12:00 piscina, carreras con chaleco y ducha
• 13:00 comida
• 14:00 reposo en casa huyendo del los rayos solares «¿mami me puedo bañar ya?»
• 15:00 piscina, saltos en bomba y Kraken Quest
• 16:00 castillo de arena con alicatado de caracolas y revisión de arrecife
• 17:00 caracola quest circunvalación isla
• 18:00 cóctel en Infinity pool y «mira mami como casi mi hermana me arranca los paletos con los mandos del futbolín»
• 19:00 cena descubrimos los marshmallows
• 20:30 cuento del Leviatán contra el Kraken
• 21:00 durmiendo como buenos grumetillos

Y aquí estoy con mi tintineante Gin Tonic y la mirada perdida, recordando las rayas, los tiburones de arrecife, las morenas, los calamares, los pepinos de mar, los peces loro, cirujano, globo… y me oigo respirar a través de la tuba…

Con esto espero de verdad haber despertado el gusanillo, cásate, divorciate, re-cásate o busca la excusa que quieras, no amortices hipoteca este año y graba para siempre tus retinas con los atardeceres maldivos. El momento de hacer el viaje es ahora.

¡Feliz Gin & Tonic!

¡Mucho más en mi Instagram!