Ayer veía con mis hijas “The good dinosaur”, no recordaba nada más brutal desde el puto rey león. ¿Por qué tengo que explicar la muerte a mis hijas de 3 años?¿Por qué Disney se carga a los padres (a uno o a los dos) en el 99,98% de sus películas?
Actualmente por lo menos yo, no sé si por mi educación cristiana de final infeliz, o por que, no tengo una relación natural con la muerte, no sé enfrentarme a la muerte ni sé explicarla ni superarla, solo sé tristemente asumirla.
Todo lo que a la muerte rodea me parece artificial:
- ¿Dos días de permiso en el trabajo?¿Eso es lo que tardas en recomponerte de la pérdida?¿Dos días dura tu duelo?
- Estos son los tipos de ataúdes disponibles que ha pagado el seguro de su difunto, ¿Cuál le gusta más? Elija uno.
- ¿Corona de flores?¿Rosa o blanca?
- El tanatorio y su pecera.
¿Dónde está el abuelo, mami?
En nuestro afán de protegerlas de todo mal empiezas a inventarte viajes intergalácticos y estancias en las nubes para que tus hijos puedan ubicar dónde ha ido la persona, animal o dinosaurio que ya no van a volver a ver.
Y todo esto se me pone en la boca del estómago cuando alternativamente mis hijas me preguntan dónde estaba el papá del rey león o el papá de Arlo o la mamá de bambi… Desde luego si Disney lo hace para que después del visionado tus hijos aprecien más la vida contigo, lo hacen de puta madre, pero a ti se te queda un cuerpo de Gin&Tonic…
«Al final del río”, estuve contestando durante un buen rato a su pregunta… hasta que les dije «Ha muerto, cariño, el papá de Arlo esta muerto”.
El fin de la magia es inevitable, no puedes evitar ninguno de los momentos que terminarán haciendo un roto en sus pequeñas almas, pero puedes estar allí, acompañándoles, haciéndoles ver que no están solos, como cada vez que ocurre algo duro en una familia… la familia se junta, hace piña.
Cuando te dicen que algo se rompe en el alma, para mi es literal, hay tragos o decepciones en los que literalmente notas que algo se te ha roto por dentro en el mismo instante en el que te enteras de la noticia, algo que por mucho que intentes coser ahí se queda, no hay parches ni tiritas. Podría incluso decirte exactamente donde se me rompió a mi.
Hay dos ocasiones en las que literalmente noté como se rasgaba una tela dentro de mi, y en aquel preciso momento fui consciente de que no tenía vuelta atrás, no había nada que yo pudiera hacer para cambiar la situación, había que aceptarlo y punto.
Directo al grano
Dos puntos de inflexión
Mi primera decepción fue de pequeña cuando me enteré de quién eran los reyes magos y/o ratoncito Pérez y mi segundo palo en las costillas fue la recibir la noticia de la muerte de mi suegro.
Supongo que hay quien me lea que piense que soy afortunada porque solo me haya pasado dos veces… Yo también lo creo, aunque soy consciente de que van a ser muchas más las que acompañen a estas dos.
El fin de la magia
Para mi la decepción más grande de mi infancia, pero aun así seguimos transmitiéndolo a nuestros hijos de generación en generación como la hemofilia. Sentimos que esos 8-9 años en los que se iluminan sus caritas cada papa noel o reyes magos compensa la crisis. Pero ahora hay corrientes paternas que deben de salir del mismo sitio que el veganismo, en donde hay personas que piensan que algo no va bien y te dicen: “yo no miento a mi hijos, pero no te preocupes que les he educado para que la mentira se mantenga en los tuyos…” y tú te quedas helada, porque tienes el catálogo de juguetes del Corte Inglés y estas haciendo una lista tan sonriente y contenta, llevándolos de cabeza a su primera decepción.
A lo mejor ahora todo es más light, a lo mejor ahora se lo empiezan a oler desde los 5 gracias a youtube y snapchat… y cuando se lo dices sobre los 8 años, te esperan un: “ya lo sabía mamá” y se van tan contentos a jugar al cocodrilo sacamuelas… y ahí te quedas tu con el corazón como una patata recordando la llorera que te dió a ti cuando lo supiste…
Yo me fio poco y de pocos, pero cuando me fio, me fio, y voy a muerte y ya me puede decir mi amiga del alma que los reyes son los padres que yo hasta que no tenga confirmación del alto mando me la pela. Y saber de la mentira de quienes más te fias y confias…
La muerte
No quiero hablar sobre la muerte a mis hijas no quiero que sus pequeñas neuronas sin estrenar conecten con la idea de que igual que se mueren los papas de la princesa rubia, se pueden morir los suyos, o que piensen que se pueden morir sus abuelos o cualquier componente de su pequeño círculo (incluidas mascotas).
Explicar la muerte a un niño… mi cabeza enseguida se va a buscar un libro en amazon, es más afino la búsqueda a: “explicar la muerte a un niño de 3 años”, y mentalmente te tranquilizas: seguro que estoy subestimando su capacidad de entendimiento, seguro que ellos son capaces de ver lo natural en el ciclo de la vida, en ver la regeneración, la superpoblación, en ver la vida detrás de la muerte… pero luego las ves sentadas riendo…
Las decepciones con los amigos
No recuerdo exactamente mi primera decepción con los amigos, pero sé que fueron muchas, tantas que al final le das la vuelta, es decir, esperas lo peor de las personas y si te sorprenden positivamente: alegría para el cuerpo. No hay que irse a temas tan jodidos como el bullying para que las personas (los amigos) te hagan sentirte como la mierda, y eso, eso no se lo puedes evitar a tu hijos y para ti es jodidamente doloroso.
Puede que a veces cuando sacas la bandera positiva multicolor te digas: es parte de su aprendizaje, tienen que aprender a elegir a “sus” personas, tienen que enfrentarse a situaciones que no les gustan para salir de ellas, tienen que caerse para poder levantarse solas o sabiendo a quién pedir ayuda. Todo muy montessori, pero jodidamente triste.
Y con esto y un bizcocho, me retiro al rincón de pensar con mi gin tonic…
Vivirdelujo
Sí, yo tampoco entiendo por qué en Disney se empeñan en cargarse a algún progenitor o similar… Si bien es verdad que en mi caso tampoco he tenido ningún trauma infantil por este motivo. Yo también sufrí viendo el Rey León con mi peque grande pero me sorprendió la naturalidad con la que asumió que el padre de Simba se había muerto… En mi fuero interno creo que no llegan a entender el concepto y por eso no les causa mucho dolor.
Claro, esa es mi experiencia personal. Yo perdí a la única abuela que me quedaba cuando tenía 4 años y sólo recuerdo la tristeza que tenía sobre todo mi padre y recuerdo que no entendí lo que había pasado aunque me lo contaron…
Y tampoco recuerdo cuando me enteré ni por quién del tema de los Reyes Magos… o bien no me generó problema o bien me generó un problema tan grande que mi cerebro inteligente lo ha olvidado para no hacerme sufrir 🙂
Muchos besos!