Si la semana pasada os hablé de lo que ya no hago desde que soy madre, hoy toca lo que hago o he vuelto a hacer! no todo han sido historias para no dormir (como con el pediatra) hay cambios para bien, cambios acoges con ilusión y a los que te lanzas sin miedo.
Directo al grano
1. Los fines de semana no son de quedarse en casa
Los niños son outdoor, nada de en casa saltando en el sofá, a correr al campo! a pastar! de hecho para mi es un misterio pensar cómo retienen a una de mis hijas en particular sentada en una mesa durante las horas escolares…
Mi época de salir duro desde los 16 a los 19 fue breve, soy de ver las cosas venir rápido, a la tercera vez que vi que me aburría como una ostra con una copa en la mano esperando al búho con un frío que te cagas y volviendo a casa oliendo a cenicero borracho, decidí que la vida nocturna se lo dejaba a otros. Descubrí que lo de “peli, mantita y sofá”, era un planazo de la muerte. Por aquellos tiempos netflix no estaba inventado pero había una cosa llamada videoclub y en casi todos nos hicieron tarjeta gold hijo predilecto.
Ahora las cosas han cambiado, todavía no sabemos si arriesgarnos a ir al cine, la única peli de dibujos entera que ven la tenemos puesta en bucle: “Campanilla y la leyenda de la bestia”. En ella que confluyen la temática mágica y brillibrilli que le gusta a una y un animal grotesco a la par que adorable que le gusta a otra.
Asi que hasta nos guste a los cuatro hibernar debajo de la manta y ver pasar las nubes desde el calorcito de nuestro hogar, seguiremos poniéndonos los gorros y haciendo planes de exterior.
¿Necesitas ayuda para hacer planes?¿Qué hacer con dos niños en invierno?
Sigue cuentas de planes en tu ciudad, como por ejemplo las de asociaciones y sitios a los que a tus hijos les guste ir, suelen actualizarse y compartir sus novedades, planes y agendas.
- Planes con niños en Madrid (Ayuntamiento)
- Agenda de Sapos y Princesas
Mis planes favoritos
Visita dominguera a Burrolandia Tres Cantos Madrid
Escapadas a Boca del Asno y Área recreativa El Berzalejo en Hoyo del Manzanares.
Volar cometas, camas elásticas, montar en bici, dar de comer a las carpas trangénicas del Juan Carlos I…
2. He vuelto a jugar y a leer cuentos
Madre de dios la primera vez que compramos arena kinética!! (véase también: cualquier cacharrito de Play Doh!), que momento allí los cuatro flipando juntos, decidimos comprar más porque no teníamos para jugar todos! así esta el tema.
Crecimos con las consolas, somos adultos gamer, algunos han dejado esa etiqueta aparcada y otros siguen dándole al mando como si no hubiera mañana, el caso es que mi generación no ha dejado de jugar al crecer, y la entrada de juguetes en las casas por motivos infantiles no supone una obligación para muchos padres, sino un auténtico disfrute tener que tirarte al suelo a rebozarte con tus hijos.
Mis cuentos favoritos
Aunque tengo mis propias versiones de los clásicos (hago una versión de Rapunzel: en vez de pelo largo tiene unos mocos por los que trepa su hermana melliza a salvarla), tengo también algunos cuentos de mi infancia preferidos, como el de María Sarmiento o la versión del rey Midas pero con caca (muy útil, durante la etapa de quitar el pañal).
Pero no aparquemos las nuevas tecnologías! Mira que ideal para el momento cuento (linterna proyector cuentos):
3. Cocino más y le presto más atención a la alimentación
Como cada vez tenemos hijos más tarde, supongo que estamos más cerca de afrontar las cosas con el carácter de una yaya que de una madre primeriza veinteañera, y no nos importa solo la cantidad sino el qué comen.
A mi generación la publicidad ya no hace mella, es más nos escama si sale en TV. Sabemos que nuestro pelo no se va a volver Pantene ni nuestros dientes blancos Profident ni la ropa sale blanca refulgente a lo Wipp Express, y lo peor es sabemos que la miel de La Granja San Francisco no es la mejor miel precisamente por combinar las mejores mieles del mundo… Así que de esos barros estos lodos. ¿Me mezclaste mieles de vete tu a saber el origen y la calidad, eh? pues ahora me compro la miel de pueblo donde el precio está escrito con edding en la tapa. Y punto.
Ahora hay mucha información disponible, casi lo más complicado muchas veces es desentrañar lo verdaderamente útil. Pero esta a nuestro alcance y la utilizamos. Tenemos acceso a nutricionistas a traves de la sanidad (¿lo sabías?), se han debido de dar cuenta que cuidando la alimentación ahorran gasto médico…
Thermomix y demás
Y sabéis que tengo y adoro la thermomix pero hay otros inventos por ahí si no te quieres gastar tanto dinero. A mi cocinar me gusta y más si me van diciendo que es lo que tengo que echarle al vaso. Asi que si dudas, cómprate un trasto de estos y lleva tu experiencia culinaria al extremo.
4. Digo menos palabrotas
Jolín, es ahora mi palabra preferida y estoy en trámites de sustituir coño por un digno sucesor… pero se me escapan demasiado, he de decir que tengo a una hija muy concienciada y cada vez que se me escapa me recuerda que joder es una palabrota que abre las puertas del Hades…
Hace algunos años me disculpé con unos amigos por haber dicho un taco delante de sus hijos, y me dijeron: tú di lo que quieras que ya les explicaremos nosotros que eso no se dice… Asi que usé esa táctica con mis hijas. Como todo, con una funciona mejor y con la otra. Les dije que igual que había cosas que no podían tomar, como el vino, la cerveza y los medicamentos, pues habia palabras de mayores que tampoco podian decir. Lleva funcionando aproximadamente un año, y le doy dos más de vida la táctica como mucho, pero oye mientras funcione…
5. Previsualización y análisis de planes (ej: restaurantes)
Volviendo al primer punto, los planes se analizan meticulosamente: ¿Tiene parque cercano? ¿A qué hora abre? ¿Tiene baño con cambiador? ¿Qué nivel de decibelios se tolera? ¿Tiene parking? ¿Esta lejos de donde dejamos el coche? ¿Que tipo de menú tienen? ¿Podemos hacer algún plan después de ir?
Como veis la situacion es ampliamente estudiada desde todas las ópticas posibles. Padres gemelares precavidos valen por 4.
Somos los Jason Bourne de los padres gemelares, entramos en un sitio y localizamos: las salidas de emergencia, el baño, la mesa de la parejita odia churrumbeles y 14 peligros potenciales de muerte sobre la mesa y alrededores.
6. He vuelto a los parques y no para hacer botellón
Alguna vez os he hablado de la aplicación Keep de google sin la cual no podría vivir, bien pues me paso la vida dictándole cosas:
- Llamar al 010 el contenedor de vidrio de la calle tal está lleno
- Llamar al 010 el columpio tal del parque cual tiene un tornillo suelto, peligro potencial número 332
- Este parque me gusta, tiene sombra a partir de las 16.34
- Comprar pan
Tengo la suerte de vivir en una zona con muchos parques y aunque tenemos nuestros favoritos, también están muy analizados: que tengan cosas para escalar (que le gusta a la predilecta), que tenga un tobogán infinito (que le gusta a la preferida), que tenga dos columpios de asiento seguro porque si no la tenemos liada y así…
Tres cosas que por ejemplo me sorprenden de los parques madrileños:
- La ausencia total de árboles y sombra dentro de los recintos infantiles
- No hay juguetes de uso comunitario o compartido
- No hay bancos para sentarse dentro de los recintos de los parque infantiles
Vivimos en España donde en agosto los cactus se ponen sombrerito y gafas de sol, y te encuentras que los recintos infantiles no hay ni un puto árbol ni una puta sombra. Por cojones tienes que quedarte en casa bajo aire acondicionado o sombrilla de piscina, y si y solo si, tienes la suerte de tener alguna de esas dos cosas, que no todo el mundo tiene esa suerte… Hace tiempo que pensé en iniciar una campaña de de esas change.org, pero luego me pareció tan ñoña la idea en comparación con otras cosas más importantes que dejé la idea en el tintero… pero la verdad es que me gustaría sacar tiempo y escribir al ayuntamiento.
Y hasta aquí las 6 cosas que hago (o he vuelto a hacer) desde que soy madre así que se me ocurran, seguro que hay más y editaré!
Feliz Gin & Tonic.
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