Historias de terror con el pediatra. Cómo elegir a tu pediatra.

Cuando la gente te dice que ser padre es duro, tú te imaginas que es como la frase de la vecina rubia: que duro es ser rubia a veces…, bueno pues, la verdad es que cuando te conviertes en padre notas en tus carnes una serie de patadas en los riñones que te hacen hincar la rodilla gimiendo, ¿Por qué yo señor? ¡¿Por qué yo?!.

Una de las más aterradoras experiencias junto con la presentación de la declaración anual de la renta, que te pare la policía en un control, o ir al dentista, es elegir a tu pediatra, y digo elegir porque yo iba tan agusto como cuando sacas cita para una radiografía… el que te toque no? pues no, al pediatra hay que elegirle casi con tanto amor como a tu ginecóloga, a tu marido o a tu mejor amiga.

Cuando nacieron las niñas nos confiamos pensando que el amor recibido en el hospital madrileño de La Paz, iba a ser una constante, y ay! amiguitos que equivocados estábamos.

La verdad es que no recuerdo a qué edad llevamos a las peques por primera vez a la “mata padres”, pero eran muy minúsculas,…, ahí íbamos los 4, acabamos de conocernos y …

La doctora cariñosisima con las niñas… a nosotros miradas de no os merecéis esta bendición putos cafres… empezamos mal.

Dí los datos de la situación de cada una, como si opositara al Banco de España, es decir, terminé sudando, nerviosa, escuché varios chasquidos de lengua a mis contestaciones, en conclusión pensé que había sacado un total de un 30 % de acierto: me retirarían la patria potestad aquella misma tarde, mis niñas sobrevivían gracias a la intervención divina y la suerte…

Tras la prueba de nivel vinieron sus recomendaciones, no las recuerdo todas pero recuerdo dos:

1. La hora del paseo de 12am a 13am
2. y que tendiera la ropa al sol, nada de secadora.

Perdón? hora del paseo? no puedo pasear por la tarde?, tender al sol?, vivo en un piso…con tendedero, no da el sol, tengo mellizas pongo 6 lavadoras al día y las tengo que secar rápido porque no tienen el armario de Imelda Marcos, ¿no usar secadora?… (internet me diría después que la razón era la electricidad estática, para vuestra tranquilidad decir, que no he electrocutado a ninguna por culpa de la estática de la secadora).

Pasamos a la exploración física, y tras terminar con una de mis hijas, mi marido precedió a vestirla de nuevo cambiándole primero el pañal, nuestra amiga tuvo una doble carambola, pegó un berrido a mi marido que igual de nervioso que yo, osó limpiar el culo de abajo arriba en vez de arriba abajo por error y a mi me espetó que me “sacara la teta para tranquilizar a mi bebe”, que no dejaba de llorar.

Con un cuerpo de jota llegamos a casa y con el mismo cuerpo de jota llamamos para cambiarnos al turno de tarde… nos la jugaremos con otro profesional, a ver si había más suerte.

Meses después en una vacunación nos preguntó la enfermera que con que pediatra estábamos, y debe de ser que por algún lado salía que nos habíamos cambiado y la enfermera preguntó divertida el porqué, le relaté suavemente lo ocurrido y oh! dioses!, no éramos los únicos, algunos padres, los más valientes, le habían plantado cara a la pediatra, puesto una queja, y se volvía pa’su pueblo o al campo de concentración donde había dejado temporalmente de hacer sus experimentos de terror psicológico… una pena haber estado tan cansados como para no haber reaccionado en aquel momento y haberla mandado a cagar.

Con la pediatra de la tarde hubo feeling y con ella seguimos, pero como en todas las historias de terror, también tiene derecho a vacaciones y a tu hija le toca vacunar y revisión en ese periodo de ausencia de tan preciada doctora. Sustituto «el doctor muerte: Pediatrus Von Doom».

Una de mis hijas tuvo durante su primer año una hernia umbilical, su ombligo cicatrizó raro y ya desde el hospital nos lo advirtieron, le hicieron seguimiento en sucesivas revisiones, incluida cuando en un momento determinado salió hacia afuera, cuando sucedió, el pediatra de urgencias nos dijo que mientras no hubiera dolor no había que preocuparse y que generalmente desaparece con el tiempo.

Bien pues llegamos a una vacunación y la enfermera horrorizada, que porqué no le habíamos puesto un duro con un esparadrapo para mantenerlo dentro… Cuando la enfermera de vacunación fue a por el pediatra sustituto, debió de trasmitir todo con la misma alegría que a nosotros…

y llegó aquel pequeño hombrecillo salido de un cómic de SuperLopez como Torquemada: Nos excomulgó a los dos y nos mandó a la hoguera, que él no podía sino recomendar la visita urgentisima a un especialista infantil del digestivo. Esto un viernes… sin cita hasta el lunes por la privada… pasamos un finde del copón. 

¿Y sabéis que nos dijo el especialista en el digestivo infantil? que miráramos fijamente la hernia de nuestra hija fijamente por 5 minutos y no lo volviéramos a hacer en 1 año; que con toda probabilidad se cerrara y que solo observaremos si la niña sentía dolor. Le contamos toda la historia, nos reímos juntos… si… ja-ja que risa.

• Si eres un padre tranquilo, malo.
• Si eres un padre nervioso, malo.
• Si miras en internet, eres un inconsciente.
• Si te fias de lo que te han dicho anteriormente profesionales equivalentes, tu verás.
• Si vas al médico a menudo eres un hipocondrias primerizo.
• Si no vas corriendo a urgencias, tienes horchata en las venas.

Estés donde estés, y hagas lo que hagas estas jodido, ¿Te sientes culpable?Asúmelo y sigue.

Con los hijos se te abre un nuevo mundo desconocido y aterrador, madres y padres experimentados, personas perfectas, profesionales de lo holístico, grandes eminencias en lo infantil… en fin, te sientes como Alicia en el país de los gilipollas. ¿Y que puedo decirte yo? Qué te fíes de tu instinto, que algunas veces acertará y otras no, pero que en todos los casos, sabe que necesitan tus hijos y en definitiva tu familia.

Y luego está Lucía Galán Bertrand, yo quiero conocerla!, leamos sus libros y no perdamos la esperanza:

Lo Mejor De Nuestras Vidas

Eres una madre maravillosa