Carta a una madre gemelar: capítulo dos – el advenimiento

En esta carta pretendo resumir los momentos previos al gran día y la estancia en el hospital, de forma que puedas apoyarte en mi experiencia para tranquilizarte en aquellos supuestos en los que sientes más ansiedad y poner atención en aquellos en los que a lo mejor no habías caído pero son importantes.

Estas alrededor de la semana 35 y como dice la periodista de moda Samantha Villar has perdido ya mogollón de calidad de vida y ni siquiera has parido, pero te lo tomas con humor catastrófico, seguro que va a ser peor cuando estén fuera… imaginarte que lo que viene después es el Apocalipsis, a mí me ayuda a que cuando el evento llega, no sea tan duro y a menudo decir: no, la verdad es que me lo imaginaba peor…

Has llegado hasta aquí después de 35 semanas muy variadas, has hecho tus cursos de preparación, has visto cuatro o cinco videos de rusas agarradas a marcos de puertas pariendo cuatrillizos y ya sabes un poquito de lactancia, eres un ser asexual completamente porque lo que no tuve fuerzas para decirte en la carta anterior es que de orgasmos nada durante todo el embarazo, los orgasmos producen contracciones en el útero y como ya tenemos asumido, estamos disfrutando de un maravilloso embarazo de riesgo así que cero.

Miedos y preocupaciones de cara al parto

En esta etapa comienza a preocuparte el parto, te han dicho que un parto gemelar puede perfectamente llevarse a cabo naturalmente es decir, parto vaginal, pero la sombra de la cesárea es tremendamente larga, hay demasiadas variables: que uno o los dos bebés vengan de nalgas: pum operación, que se te despendole la tensión: pum operación, que durante las últimas mediciones detecten sufrimiento fetal: pum cesárea de urgencia. Yo tuve las tres en raya y ya sabía que iba a ser cesárea porque una de mis hijas unas semanas antes se dio la vuelta. Bien, las madres normales tienen miedo al parto, tú no, tú estas deseando que te las saquen por donde quieran, estás incómoda, pesada, torpe y a nivel dormir eres una yaya, sesteas, no duermes más de 3 horas seguidas… por eso y porque no puedes beber cerveza ni comer jamón querras parir, como sea, ya!.

El nido

Te harás fuerte en un rincón de la casa al que apodaras el nido, y lo habrás hecho con cojines en vez de palitos pero de ahí no saldrás más que para tus necesidades más fisiológicas.

El nido es muy práctico porque está hecho a tu medida y a tus necesidades, vives semi-incorporada y estas semi-cómoda. 

Controles previos al parto y elección de hospital

Los seguimientos, doblemente frecuentes, se te van a hacer muy cuesta arriba y cada vez es más complicado encontrar el pulso a los bebés así que pasaras horas en la consulta, que te parecerán días, en este punto hablara tu desesperación y agotamiento y preguntarás que si en vez de en la semana 37 te las pueden sacar en la 36, visto ahora pienso: ¿Como pude ser tan burra? En fin.

El momento del parto se acerca, yo elegí el hospital de La Paz de Madrid, muy recomendado por todo el mundo incluida mi ginecóloga que dulcemente me explicó que si me operaba en la privada ella ganaba pasta si me operaba en el público entraba dentro de su sueldo pero que en un embarazo gemelar mejor tener al mejor equipo de neonatología a tu disposición. Nada que objetar. 

Muchos hospitales ofrecen visitas guiadas y te explican sus protocolos, si te molan estas cosas, te recomiendo que programes las visitas durante tu segundo trimestre. Lo normal es que te hablen de esta posibilidad en los cursos de preparación al parto.

¿Qué te tienes que llevar al hospital?

Para la mamá

• 3 camisones de algodón abiertos por delante
• 3 sujetadores de lactancia
• 1 bata
• Zapatillas
• Braguitas desechables
• Neceser con todos tus artículos de aseo

Para los bebés

• 8 bodies
• 8 pijamas
• 4 conjuntos de camiseta y polaina (en función de la época del año)
• 2 gorritos de algodón
• 2 pares de manoplas de algodón
• 6 pares de calcetines o patucos
• 2 arrullos o toquillas.
• Neceser con pañales, toallitas para el cambio de pañal
• Acuerdate de tener listas las sillas de coche del Grupo 0+ (maxi-cosi) al salir del hospital

El parto

Los momentos previos a la cesárea fueron un poco kafquianos, ingresé a la hora que me dijeron y lo primero que comprobaron es que el exceso de flujo era líquido amniótico en realidad, es decir, que llevaba una (o las dos) bolsas pinchadas, me dijeron que si no lo había notado y yo les dije que sí y que lo dije en la última revisión pero que sin comprobar nada me dijeron que era normal el aumento de flujo en la recta final del embarazo, así que pude pasarme más de una semana con las bolsas rotas y por ende privando a mis bebés del entorno aséptico que les proporcionan las bolsas.

Pasas a una habitación donde esperas tu turno cesáreo, mientras tanto te ponen una lavativa que te alegra aún más el día, te hacen muchos seguimientos y en uno de ellos la ginecóloga detecta que te han puesto mal el sensor que sigue los latidos de los bebés y uno de ellos está siguiendo mi latido y no el de uno de los bebés, cuando lo encuentran da bradicardia, con mucha calma pero con firmeza me dijo: no te preocupes ahora va a ir todo muy deprisa te vamos a pegar un poco contra las puertas porque vamos a ir volando a practicarte una cesárea de urgencia.

En 2014, en el hospital universitario de La Paz de Madrid, no dejaban pasar al padre, ni a las cesáreas de urgencia, ni a las cesáreas normales.

Sé que hay otros hospitales, donde a las cesáreas normales, sí dejan pasar al padre o acompañante.

En mi cesárea de urgencia fue todo rapidísimo en 5 minutos tenía a mis dos bebés fuera,  uno de ellos bastante azul-avatar, que me dijeron que eso se le pasaba y así fue.

Un quirófano de urgencias es como un circo de los horrores, la cesárea siguiente tenía un padre llorando en la puerta y una madre aterrada, él bebé único, tenía el cordón alrededor del cuello, afortunadamente también todo fue bien.

La anestesia que me pusieron no fue la epidural normal sino algo diferente en la que no te dejaban puesto un catéter por el que podían añadir más anestesia en caso de dolor infinito, una putada, porque durante mi estancia nocturna en reanimación escuche varias veces que hubiera sido más llevadero para mí.

Estancia en la REA (reanimación)

Normalmente en una cesárea de bebé único, estas un par de horas, yo me tiré toda la noche, tensión despendolada, el útero no se contraía a la velocidad esperada y sangraba, la tensión la controlan con un holter, para ayudar al útero a encogerse, te ponen una bolsa muy pesada encima del estómago y el sangrado lo van controlando, te inspeccionan cada hora, recuerdo esa etapa como lo peor que me ha pasado en la vida, la sed extrema, el holter despertándote cada media hora, la anestesia pasándose y dejando paso a un dolor increíble… en fin… como todo, se pasa y se olvida.

El papel del padre lejos de doloroso es agotador, nosotros tuvimos la peculiar circunstancia de que las tres, estábamos en tres plantas diferentes, yo en reanimación, un bebé en la incubadora y otro en el nido, porque en La Paz no te dan habitación hasta que la madre no está en planta, así que mi querido esposo y padre de laboratorio, estuvo como Willy Fog esa noche. Aquí un inciso, la adrenalina, la tensión y los nervios hace que a veces no seas consciente de la tu propia extenuación… es peligroso. Notaréis que las enfermeras lo único que quieren es que los padres se vayan, bien, eso es en parte para manejar ellas la situación y en mayor parte para evitar accidentes, por increíble que parezca, hacía unas semanas a un padre agotado se le había caído su recién nacido al suelo haciendo el piel con piel, en La Paz el piel con piel se hace en sillas reclinadas, estas agotado te ponen un bebé encima, te duermes… accidente.

Nadie te va a juzgar por admitir que no puedes más y que te vas a casa, y si te juzgan que se jodan, ellos no saben por lo que estás pasando.

Para que el padre pueda hacer el piel con piel hay que firmar un permiso, estaos atentos para hacerlo antes de la operación.

La razón por la que uno de mis bebés estaba en la incubadora era el bajo peso, si pesa menos de dos kilos allí te lo meten, pero las enfermeras no son muy pro, y lo sacan en cuanto pueden ya que los bebés que están allí están por diferentes razones y el riesgo de que pillen un bicho es más alto.

El día siguiente e inmediatamente posteriores

El día siguiente es el más duro porque llevas el cansancio del día anterior más la cesárea en toda su plenitud, yo no podía levantarme, en la mañana subieron de la incubadora al bebé que me faltaba y ya estábamos todos juntos, conociéndonos y adaptándonos, lo más duro es oír a tu bebé llorar y no poder levantarte a cogerlo. Pero te lo acercan y ya está.

Recuerda el sacaleches, puesto, desde el momento cero. La leche no sube igual tras un parto vaginal que tras una cesárea. Para casa siempre te puedes comprar un sacaleches doble. 

Las visitas

Lo bueno de tener un tercero a tu cargo es que ya pierdes la vergüenza y te acostumbras a pedir las cosas por favor incluido las más obvias como lavarse las manos, no tengas vergüenza en pedir:

• No tocar a los bebes, 
• No hacer fotos con flash y 
• Por supuesto no visitar estando enfermo. 

Todas estas cosas parecen muy obvias, pero no todo el mundo lo sabe o la emoción les embarga y se olvidan… no hay que cortarse, en la misma puerta del hospital y por los pasillos hay decenas de botes de gel antiséptico.

Por motivos de bajo peso y tensión yo estuve ingresada 1 semana y nos dieron el alta de forma «especial», en La Paz hay un programa de estancia hospitalaria externalizada en el que para evitar contagios en bebés cuyo ingreso es meramente por razones de bajo peso, te dejan irte a casa pero todos los días va a visitarte un enfermera que controla el peso del bebé y su estado, esto hace que el bebé esté en casa en un entorno víricamente controlado y tú más a tu bola, las visitas de la enfermera se suceden hasta que el bebé alcanza los dos kilos y pico, en mi caso unas dos semanas, estas semanas aunque estas en casa no estas dado de alta como tal, así que esas semanas se suman a tu baja de maternidad.

Los primeros días son muy duros, durante al menos dos semanas vas a combinar ibuprofeno y paracetamol cada 4 horas sin importarte mucho que cantidad pase a la leche materna… aberrante? Ya bueno luego me lo cuentas.

Yo comencé a caminar a los dos / tres días y pasear a la semana (20 minutos). Si pensabas que tenías las piernas hinchadas antes del parto (normal que se te pongan moradas) ahora tienes dos botas katiuskas, aquí vienen muy bien los masajes de papa cuando viene a verte al hospi y a casa.

Y más o menos así de apocalíptica será tu primera semana postparto, contado la verdad es que parece peor de lo que es, para mí lo peor, ya sabiendo que las niñas estaban perfectas, fue verme de color verde-comienzo-de-putrefacción, es un tono muy novedoso y para nada trending… imagino que el trauma por el que pasa tu cuerpo hace que él mismo diga, ah! Que nos morimos! vayamos dando un bonito tono morgue aquí a la colega… y te tiras una semana verde aceituna. Y la tripa… esa inmensa tripa vacía, que parece irrecuperable, pero que se recupera…

Bajas,  permisos y otras ventajas fiscales, en embarazos múltiples

La baja como ya comentaba en mi anterior post puede producirse en cualquier momento entre la semana 20 y la 28, esta es una baja normal por enfermedad.

En el momento del parto comienza la «baja» o permiso de maternidad, siendo obligatorios los primeros 40 días, la cuarentena, esos que se tomó nuestra increíble Soraya Sáenz de Santamaría, ayudando y dando ejemplo como siempre a las madres trabajadoras a luchar por la conciliación y los permisos de más de 16 semanas.

Si has estado ingresada después del parto, o bien tu o algunos de tus bebés, esos días se suman al permiso de maternidad.

Por haber tenido gemelos, tienes 1 mes completo de permiso por lactancia, es decir se suman los permisos, tienes 15 días de lactancia por hijo acumulables.

También por parto múltiple tienes ayudas de la Seguridad Social y más si eres madre trabajadora.

¿Tienes dudas?¿Más preguntas?¿Paranoias que no sabes a quién confesar? Contacta, encantada de darte mi opinión brutalmente sincera.

Lecturas recomendadas para madres gemelares

• Qué se puede esperar cuando se está esperando (el libro que todo el mundo recomienda leer cuando te quedas embarazada)
• El gran libro de los gemelos (guía básica para un embarazo gemelar y para la crianza de tus mellizos o gemelos)